«La pandemia me ha alejado de muchas cosas, pero si hay algo que echo de menos son los abrazos.»

Quien iba a imaginar que nada más comenzar el 2020, llegaría un virus que nos robaría la libertad.

Recuerdo la sensación de tristeza, preocupación y miedo que sentía, cuando en las noticias empezaban a sonar las palabras cuarentena, confinamiento, estado de alarma… cuando el contacto con nuestros seres queridos pasó a ser por videollamada, cuando muchos enfermos pasaron sus peores momentos solos, cuando perdías a un ser querido y no podías despedirte… una pesadilla mundial que parecía de película de ciencia ficción.

Pero la mañana del 27 de diciembre de 2020 fue diferente, los nervios y la ilusión recorrían mi cuerpo.

¿Podré  abrazar a mi abuela? ¿podré volver a comer los domingos junto a mi familia?  ¡por fin va a pasar algo bueno, por fin buenas noticias!

Y es que, las primeras vacunas contra la Covid-19 llegaban esa misma mañana a Riofarco, íbamos a ser los elegidos de honor, para guardar con cariño, la esperanza de todos los riojanos.“El final de esta pandemia está más cerca”, pensé sonriendo.

       
Estábamos expectantes  y nerviosos, primero llegaron los agentes de la guardia civil, luego  los medios de comunicación y por último la ministra …era un hecho histórico, la protagonista del día llegaba para dar luz verde al comienzo de la vacunación… esta pesadilla, ¡tiene los días contados!

Y así es como he ido viendo, con el paso de los meses, como todos mis seres queridos han sido vacunados, con la tranquilidad y seguridad que aporta saber que estamos protegidos.

Sé que el final está más cerca y estoy segura… ¡de que volveremos a abrazarnos!